Te has ido con poco más de 50 palos, y aún recuerdo los 40 que tenías cuando brincabas en la Plaza Pablo Iglesias de Coruña en agosto de 2007, cuando aún no te habían dado la mala noticia de tu cáncer. Recuerdo que mis amigas me miraban con cara de «pero este loco por qué se sabe todas las canciones» mientras lo daba todo y gozaba con cada acorde que sonaba de cada nueva que iba tocando el grupo. Es lo que tenía que fuera un concierto gratuito y que muchos acudieran por curiosidad, de aquellos que solían organizarse por las Fiestas de María Pita en Coruña, y que otros años me habían permitido ver sin pagar un duro a Dover, M-Clan o a Antonio Vega poco antes de que muriese. Pensándolo bien, tampoco es que le haya traído mucha suerte a los que he visto…

En la época en que tenía un Discman, el primer disco que me grabé de música se llamaba «The Best», y recopilaba en mp3 todos los discos que por aquel entonces habían sacado los que consideraba mis 4 grupos favoritos: El Canto del Loco, Estopa, Linkin Park y Jarabe de Palo. Linchadme lo que queráis, pero echad cuentas de los años que hace que pude haber tenido Discman antes de juzgarme, e igual lo entendéis un poco. Seguro que fue de esos CD’s que acabó rallado de tanto ponérmelo en los viajes en coche al pueblo, Coruña o cualquiera de los apartamentos que mi familia, antes de tener el de Rota, alquilaba todos los veranos en la costa española.

Nunca he dejado de oír las canciones de Pau Donés y su grupo, pero como siempre, es triste tener que esperar a sucesos como éste para que realmente valoremos y saboreemos como nunca las melodías y letras que nos regaló durante más de 20 años. Hasta el último de sus días, Pau siguió transmitiendo en sus canciones y mensajes lo bonito de la vida, incluso cuando se sabe que está a punto de acabarse. Un mes después de mi cumpleaños nos has dejado, y ahora seguro que es la Flaca la que daría lo que fuera por un beso suyo.

No sabemos si en tus días de flaqueza gritaste como pedías en tu canción, pero gracias a ti, podremos ponernos cuando sea tus maravillosas obras, y temblar de lo bellas que eran y lo bonito que resulta todo cuando se mira con otro punto de vista. Porque si la vida te da palos, ya sabes, Jarabe de Palo.