Antes de redactar esta breve entrada, me ha dado por buscar la definición de «periodismo» en Google. El resultado ha sido el siguiente:

periodismo: Profesión que comprende el conjunto de actividades relacionadas con la recogida, elaboración y difusión de información actual o de interés para transmitirla al público a través de la prensa, la radio o la televisión.

¿Todo conforme? Bien. El viernes pasado, 1 de diciembre, un par de horas antes de que salieran los bombos de clasificación para el Mundial de Rusia de 2018, me dio por entrar en varios periódicos online, y lo que encontré como titulares de portada fue lo siguiente:

El País:

ABC:

(((Cuidadito con la familia Messi)))

Seguimos. La Razón:

(((El País y La Razón con la misma línea editorial. Todo en orden)))

Vayamos a ver qué ponían en El Mundo:

Eh eh eh EH EH EH un momento UN MOMENTO. Aquí hay algo extraño. Se les ha colado una noticia, ¿no? Hagamos zoom:

Ojo. No me lo podía creer. Pensé «esto es falso. Se lo han inventado». Así que acudí a otro medio a contratarlo.

El Diario:

VAYA. Parece que no era mentira. Me dije para mis adentros que aquello no podía ser hombre. La noticia de que el partido político que lleva gobernando los últimos 6 años este país sea llevado al banquillo por presunta destrucción de pruebas en relación con una de las tramas de corrupción más grandes de los últimos años de España y de Europa, no podía estar relegada en todos los periódicos de gran calado de este país al punto de una noticia menor. Incluso para un periódico como El País, supuestamente de izquierdas. Así que tiré de mi fe en la objetividad del periodismo público y la ausencia de manipulación de medios de la que tanto nos quejamos en otros países bolivarianos, y me fui a la última de las fuentes que debía velar por proporcionar, como decía la definición anterior, información actual o de interés a la sociedad.

RTVE:

NO HOMBRE NOOO. ¿¿¿PERO ESTO QUÉ ES HOMBRE??? No daba crédito en serio. Pero así es nuestro país y su periodismo, tanto público como privado, en líneas generales: una auténtica y podrida basura asquerosa y vomitiva que da vergüenza y que nos quita legitimidad a la hora de interpelar a otros países por su manipulación de medios.

P.D: y para las razones del por qué no publiqué esto el viernes, me remito a mi entrada anterior.