Muy pero que muy buenos días, Targaryanos!!!

Antes que nada, tranquilos, no hago spoilers de Juego de Tronos. Podéis leer en paz.

Hace unos años, en plena adolescencia, tuve una época que recuerdo con cariño, aunque desde la más profunda y asquerosa sinceridad, fue catastrófica en cuanto a mi vida social y amorosa se refiere.

No recuerdo exactamente cuánto duró, sólo sé que durante mucho tiempo mi ocio se dividía en las siguientes alternativas:

• meternos en casa de Ciro (((sí, ese nombre existe en la actualidad))) a jugar a las Cartas Magic;
• meternos en casa de David a jugar a Dragones y Mazmorras (((sin premio)));
• meternos en casa de Sergio con su hermano mayor a jugar a un juego de rol inventado por él;
• meternos en casa de José Luis a meternos con él (((y a jugar a otro juego de rol que tocase ese día, a la consola, o a vete tú a saber qué))); o
• quedarme en casa jugando al GTA San Andreas y al Final Fantasy VIII.

En todo este mar de posibilidades, ¿os habéis fijado que no había ni una sola mujer presente? En efecto: era como en Big Bang Theory, sólo que sin que apareciese una rubia despampanante y sin que tuviéramos un indio medio mudo.

Éramos, lo que comúnmente se denomina ahora, unos frikis. Frikis que, encima estando en plena adolescencia, sólo éramos hombres, eran años de instituto y de revolución hormonal, todo ello básicamente se traducía en:

• La esperanza de perder la virginidad se me extendió a un rango de los 28 a los 50 años.
• Las posibilidades de acabar convirtiéndome en el asesino de la katana que se cargase de repente a media familia alegando que eran goblins malignos se disparó inconmensurablemente.
• El número de palizas recibidas del abusón de Nelson se podría haber visto incrementado exponencialmente, Becky la líder de las animadoras se habría reído de mí con alguna broma pesada en los baños del instituto, y en el Club de Caballeros del Campus las novatadas a un friki las hubiera pagado casi con la muerte. Menos mal que no vivo ni en Estados Unidos ni en una película de Hollywood, si no hubiera estado jodidísimo.
• Tuve serias opciones de convertirme en el protagonista de un vídeo viral de Youtube rollo el niño gordo loco alemán que se carga el teclado mientras juega al World of Warcraft.

Como veis, eran todo ventajas. En aquella época, además, me dio por apuntarme a un curso de cine que impartieron en mi instituto, y que todos los miércoles por la tarde me tuvo encerrado en el salón de actos rodeado de 3 o 4 que, como yo, éramos amantes del séptimo arte y no sabíamos dónde nos metíamos. Allí, Villa (((no el jugador, claro))) nos daba clases monográficas de cine, acabando siempre con la proyección de una película. Repito: tenía todos los ingredientes para morir virgen y no echarme una novia en la puñetera vida. El caso es que en una de esas clases aprendí el origen de la palabra friki. Como muchas, viene del vocablo inglés freak, que se empleaba antiguamente para mencionar a aquellas personas que tienen algún tipo de malformación física, ya fueran mujeres barbudas, enanos, etc. Pero el término se hizo más conocido en los años 30 con la película “Freaks”, que narraba la historia de personas nacidas con ciertas malformaciones y que estaban en un circo donde un enano hereda una fortuna millonaria y una trapecista guapa intenta engañarlo para quedarse con su dinero. Vamos, un canto a la vida de película, chiquillo.

Con la llegada de los medios de comunicación en masa, poco a poco el término freak comenzó a generalizarse no sólo a personas con malformaciones físicas, sino se ve que también psicológica: si ibas vestido de Darth Vader a la inauguración de “El Retorno del Jedi”, friiiiiki. Si te sabías los diálogos de Gandalf en El Señor de los Anillos en orden cronológico al pie de la letra y en elfo antiguo, friiiiiki. Si te ponías a interpretar a tu personaje del juego de rol “Vampiros” intentando morder por la calle de noche a todo aquel que pasara, friiiiki. Y se ve que ser un friki es sinónimo de ser “raro” y tener que ser socialmente apartado, claro.

Pero qué curioso, oye. Cualquiera que abriese las redes sociales el lunes 17 de julio se daría cuenta de un acontecimiento histórico, apoteósico, que ni la invasión de Polonia, vaya.

Sí, por si aún no os habíais dado cuenta, el lunes pasado se estrenó la séptima temporada de Juego de Tronos, teniéndonos a todos en vilo. Ahora, seas quien seas, te sabes los nombres de las casas de un mundo imaginario inventado por un viejo loco. Te sabes los mapas, las frases estilo “Winter is coming”, “el Norte no olvida”, “un Lannister siempre paga sus deudas”. Te sabes los personajes y sus peculiaridades, el nombre de sus lobos y sus ascendientes aunque ni salgan en la serie. Estás pegado a HBO hoy mismo, lunes donde ya está el segundo capítulo estrenado donde muere el enano por cierto y tú sin haberte enterado todavía, y vas a ser capaz de dejar trabajo, novia y amigos por encerrarte en cualquier sitio a ver el capítulo antes de que te lo reviente algún capullo tocapelotas con blog. En mi caso, tengo algunas teorías de lo que va a pasar que son bastante fiables bajo mi punto de vista:

• La rubia esa que acaba de llegar a Poniente se va a hacer un trío con el enano y uno de los dragones. El capítulo va a ser el último de esta temporada y rollo porno duro en HD y con los mejores efectos especiales de la historia. Clásico atemporal desde su estreno.
• Juan Nieve va a salir del armario y se va a declarar al Rey de los Caminantes Blancos con una frase irrechazable: tienes los ojos más azules que el agua de una cala de Menorca, miarma.
• Arya va a ser denunciada de plagio por Light Yagami, el protagonista de Death Note (esa serie manga japonesa donde muere todo aquel cuyo nombre se escriba en una libreta mágica).
• Los Lannister se las están viendo cada vez más jodidas, así que intuyo que propondrán al resto de casas solucionar sus diferencias organizando un Mega Gran Prix interregional. En la última prueba, en vez de soltar una vaquilla soltarán una manada de leones que se van a cagar el resto.
• Bran va a fundar una Asociación de Paralíticos con Superpoderes de Visión Temporal Unidos. De momento su potencial de cuota de mercado es una persona y está tela de contento, aunque echa de menos a Aguanta el Portonhodor.

Asumidlo: todos somos frikis. Algunos os sabéis más de 200 letras de canciones de reguetón. Otros, conversaciones de Los Simpsons o de Padre de Familia mejor que aquel tema de Derecho Civil que entraba en el examen. Mucha gente os disfrazáis en Halloween de cosas que a veces ni sabéis que son. Y hay muchos a los que le preguntas la alineación del Betis del año 98 y se la sabe de memoria. Así que la próxima vez que veáis por la calle al típico estereotipo de tío gordito, con barba, pelo largo y gafas, vestido todo de negro y con andares llamativos, si vuestra vocecita interior os pide llamarle friki, pensáoslo dos veces porque igual sois más frikis vosotros mismos que él.

¡Feliz inicio de semana a todos!