Muy pero que muy buenos días, gilderos!!!
Por si no lo he puesto suficiente en las redes sociales y no estáis al tanto, he estado en Palma de Mallorca por primera vez hace poco. Dentro del variopinto recorrido multicultural que nos hizo nuestro buen amigo Piiidro (((bueno, lo de “buen” amigo…dejémoslo en “amigo” a secas…bah, mejor “coleguilla”…”conocido”…bueno, “ese nota que nos acogió en Mallorca un par de días”))) que incluía numerosos museos, catedrales, edificios monumentales antiguos y bibliotecas históricas, también sacamos tiempo para refrescar el gaznate. Entre los apetitosos gastrobares y restaurantes de la Guía Michelín que nos recorrimos, también tuvimos tiempo de hacer parada en algún sitio un poco más humilde, como la Vermutería “La Rosa”.
Aquí he de hacer un inciso. Hace unas semanas estuve por primera vez en el piso de mi amigo Jose y su novio Mario. Me trataron a cuerpo de rey: cachimbita, cerveza Cruzcampo, fotos de su viaje por el País Vasco, y gildas. Si sois gente del pueblo llano como yo, no tendréis ni pajolera de qué es una gilda. Pues una gilda es esto:
Otro inciso. Esta cosa se creó porque un Patxi de la vida de hace unos pocos de años salió de pintxos una noche, y al día siguiente se levantó con una resaca que ni Marujita Díaz. Mientras se pasaba un palillo por los dientes, sacó de ahí una combinación de todo lo que había comido el día anterior, aceituna, anchoa y alcaparras incluidas. Como Patxi era un tío comprometido contra el hambre en el mundo, se lo volvió a meter para comérselo y exclamó eureka! (((palabra de todos conocida como vasca, qué coño griega, y que significa “aiba la ostia”))). Cuando empezó a dar a probar esa combinación a sus amigos de más restos que sacaba de entre los dientes con palillos (se ve que se le había ido de las manos a Patxi la noche), los amigos dijeron sorprendidos eureka pikeka!, que básicamente significa “aiba la ostia cómo pica esto, tú”. Patxi propuso patentar la receta y ponerle nombre, pero su amigo Joseba de márketing le dijo que eureka pikeka no era un nombre muy comercial. Así que su amigo Gorka, un cinéfilo de la vida, dijo que por esa época la película “Gilda” estaba causando furor en América por tener una escena muy “picante” de la actriz principal haciendo un striptease. Y tate, ya tenían nombre.
Volviendo a casa de mis amigos, en estas que al principio y sin que me vean sólo me como una aceituna, porque yo la anchoa…sí, pero sólo dentro de la aceituna. Ahí a palo chusto…como que no. Pero el arte sutil intimidatorio de mis amigos (((Santi, o te comes la puta gilda o no te damos más Cruzcampo))) hizo que al final cediera, y me comí una entera por primera vez. La gilda me refiero. Y oye, estaba buena (y la gilda). Lo que empecé a sospechar sobre que esto lo hubieran inventado los vascos de verdad, porque si a un vasco (i) la gilda le parece que pica, y (ii) le da por pensar que la película Gilda es picante por un striptease donde la actriz sólo se quita un guante, pues sinceramente me da que pensar sobre esa actitud de vasco VASCO. Donde no cedí con mis amigos fue con el vermout, que me ofrecieron uno pero yo, teniendo Cruzcampo fresquita en una ciudad de Mahou, lo siento pero no con mi paladar.
Volviendo a Mallorca, a la Vermutería. Estando allí y viendo que todos mis amigos y Pidro se pedían vermouts porque era lo típico, pues la presión social me pudo y acabé cayendo. Así que probé el vermout, por primera vez por fin. Y cuando reconocí en la barra del bar un plato con gildas, caí en la tentación de ver cómo las preparaban los isleños y enga, pá la saca. Aunque no tuve tirón y nadie me siguió en la cata, al menos pude marcarme un “Santi” y contar la historia del por qué a aquel palillo con cosas rándom se le llamaba gilda.
Y otro viernes más de otros tantos os preguntaréis “macho y por qué coño nos cuenta todo esto Santi, para una mierda de origen del nombre de un pintxo”. Pues no hombre no, es para deciros que me encanta hacer cosas por primera vez. Por primera vez estoy independizado sin que sea dependiendo de becas Erasmus, y en una ciudad de mi propio país. Por primera vez vivo solo y hasta me animo a comprar cerveza Mahou para tener en casa por aquello de involucrarme en el medio que me rodea. Por primera vez he probado el vermout, la gilda, he estado en Mallorca y comido quelitas. Por primera vez he estado en el Festival Orgullo de Madrid, voy a ir a Dinamarca y posiblemente Suecia este verano, y nunca he hecho una ruta enológica pero mira tú por dónde, va a caer.
Hace poco estuve hablando con una persona de lo maravilloso que es no saber qué va a ser de nosotros. Dentro de un año, de 1 mes, de una semana, de un día, o incluso dentro de unas horas cuando sin tener un plan te surja un fiestón y acabes llamando a un amigo que te saque del calabozo. A mí nadie me iba a decir hace un año que iba a estar en Madrid hoy, día de San Fermín del 2017, independizado y con nuevo trabajo. Sanfermines a los que este año no he podido ir…pero quién sabe el año que viene si voy por primera vez. Tampoco sé qué va a ser de mí en Dinamarca, en Galicia o en la ruta del vino. Sólo sé que voy a seguir acumulando muchas “primeras veces” y que espero que siga siendo así, y que todos los que me leéis paséis un verano y toda una vida haciendo cosas por primera vez. Como hizo Patxi.
Así que animaros con la gilda. ¡Feliz fin de semana!