Muy pero que muy buenos días, carnavaleros!!!

Estamos en esa fantástica época del año en que la gente está ya nerviosita perdida porque no ve el momento de que le llegue por fin algún día de puente (salvo si eres funcionario o jubilado, o lo que es peor, antiguo funcionario ya jubilado) o vacaciones de Semana Santa, Feria, Rocío, o si te ha tocado vivir en una zona desafortunada con olas de 57 metros, pues yo que sé, las Fallas o San Isidro, porque todos sabemos que el fantástico mar de Madrid genera olas de 57 metros.

Por fortuna, se inventaron los carnavales para superar estas semanas horripilantes. Los carnavales son esa fiesta que la gente dice «a tomar por culo mi dignidad: voy a coger un pañuelo de Asturias, unos esquíes, un sombrero de vaquero, un bañador de flores y una chaqueta de esmoquin y me planto en la plaza de la Catedral de Cádiz a decir que voy de asturiano-huido-de-boda-en-la-nieve-tras-despedida-de-soltero-en-Club-Cowgirls-y-que-se-las-pira-a-las-Bahamas». Y te importa un pimiento lo que piensen de ti, que un día es un día. Por cierto, la expresión importarte un pimiento recuérdala cada vez que veas un bodegón (osease, cuando te toque hacerte el interesante delante de tus suegros y al visitarte en tu ciudad los lleves al Museo correspondiente cuyo nombre tendrás que buscar en Google). Al parecer este tipo de pinturas se hizo muy trending topic en el siglo XVII, y estaban los Velázquez, Zurbaranes, y gente así muy top picaos por conseguir representar la mejor fruta o elemento muerto y todo el día venga criticarse por Twitter. Dramatización:

Diego Velázquez: @moreno_98 illo no vea si es feo lo último k as pintao o no cabesa? anda parguela que a mí me contrata la Royal Family pá pintarles y tó y a ti no te quiere naide

Francisco de Zurbarán: @shu_sevillanito_carsao ira te via pegá tal somanta de ostias niñato k de incrustarte en er suelo te van a tené k pintá como a la mierda de enanos esa k aces tú

Y así todo el día. Verídico, hay hemeroteca. Total, que de todo lo que pintaban se ve que el pimiento, que llegó por esa época, no le convencía a nadie porque era algo muy simple, liso, homogéneo y sin dificultad, y al estar venga a ver quién pintaba mejor y más realista pues el pimiento…no le importaba a nadie.

Pero por seguir el tema de los carnavales, creo que todos estaremos de acuerdo en que estos, sean donde sean, representan la sátira, la comedia, la ironía, el humor, la ficción… en Cádiz, por ejemplo, este año hemos visto a unos niños Jesús de mesilla de noche representados por hombres depilados que le cantaban llorando al Cristo crucificado que veían encima de la cama «yo no quiero hacerme mayor, papá», viendo el final tan doloroso que iban a tener. La guasa evidente no ha hecho levantar ampollas, ni que yo sepa nadie se ha quejado de atentado contra la libertad religiosa, ni de mofa o insulto.

No hay que irse a Cádiz. Aquí el que os escribe se vistió hace unos meses en Halloween de, nada más y nada menos, tiburón-zombie-nazi-volador, en honor a una película tremenda (y posiblemente de las mejores de la historia) llamada Sky Sharks que va de tales seres increíbles (os dejo el enlace por si no os creéis tal maravilla de la invención humana: http://www.sensacine.com/noticias/cine/noticia-18526559/). Pues bien, el resultado lo tenéis aquí abajo:

Pues sí, un gorro de tiburón, la cara de «zombie», una esvástica (y camisa azul por si quedaba poco claro) y unas alas para el toque volador. ¡Ah! Y un parche que no se ve en la foto bien, porque como todos sabemos algunos nazis llevaban parche, como Klaus Von Stauffenberg (el de la peli de Valkyria). Por esta foto cuanto menos podría haber sido encarcelado ipso facto por apología del nazismo. Pues aquí estoy. Si después de este post aparece un policía en mi casa a detenerme pues oye, entonces chapó por la justicia, pues habrá sido coherente y me habrán encarcelado por los mismos motivos que se encarceló la semana pasada (y 5 días después, liberados) a los ya famosos titiriteros, que en principio no tendrían por qué serlo más que por el error de haber representado una obra satírica para adultos delante de niños. Y se acabó. Pero no famosos por estar acusados por enaltecimiento del terrorismo.

Tampoco me parece bien, que conste, que sean elevados a la categoría de héroes de repente. Sí lo fueron los asesinados que trabajaban en el periódico «Charlie Hebdo». La cosa fue muchísimo peor, claro está, pero mucha gente defendió con los Je suis Charlie en aquella ocasión la libertad de expresión contra la barbarie. Lógico, menos mal. En cambio esto ocurre en España, en una ciudad gobernada por quien lo está, y madre mía la que se ha liao en un momento. Y todo ello a pesar de tener un Presidente en funciones gallego que debería caracterizarse por tener la retranca gallega (OJO, no seáis mal pensados, que la retranca gallega es ese humor irónico máximo que no sabes si la gente está seria o no).

A todo esto, y que me lo permita Forges, no os olvidéis de los refugiados. Ni de Valencia, los ERE, el partido más votado investigado e imputado por primera vez en la democracia…y esas «cositas».

¡Buen fin de semana y viva el humor, la ficción y la retranca gallega!