Chan chan, chananán chan, chananán chan, chananán chan, chana niiii noooo ninoniiiii noooo, ninoniiiiii (((música de la intro de Juego de Tronos sonando))).
La Casa Díaz avanza con sus hordas desde el Sur. Durante meses, se dice que años, se habían estado preparando para esto. Es mucho tiempo el acumulado entrenándose para la batalla. Para el fango, la sangre y las lágrimas. Habían conseguido pequeñas victorias en el pasado, aunque siempre habían estado aguardando el momento para dar la estocada final, arrasar con todo y asaltar el Trono de Ferro*.
A la cabeza de la encrucijada que pretende arramplar con el poder y ser la única salvación del Reino está su lideresa, la parecíaquetontaperodetontanotieneunpelo Súsan. Susán la que no arde, la que tardó tropecientos años en acabar sus estudios universitarios, la que se reveló contra su propio Reino y quiso tomar las riendas de las decisiones de todo y de todos a pesar de que nadie la hubiera elegido para ello
Mientras, en el Norte, la Casa Sánchez vive momentos críticos. Recibe ataques constantes por todos los flancos y a su líder, D. Pdr, le han puesto en un brete. Como si realmente se tratara de un reo a las antiguas usanzas, a Pdr parece que le hubieran colocado ese cepo antiguo de hierro que se le colocaba en los pies a los condenados para que no pudieran salir airosos del calabozo. Quién sabe si la derivación lingüística hará que de aquí a unos años, del cepo pasemos al Pdr, y se empiece a decir «poner en un Sánchez» y no «poner en un brete».
Las tropas de la Casa Sánchez se han atrincherado en su Castillo. Durante días han estado aguantando los golpes fatales desde el sur. Y finalmente, tras un golpe crítico, pierden la última batalla, y la Guerra. El Trono de Ferro parece que va a cambiar su Rey por una Reina. Y mientras tanto, en el Este, durante días los que gobiernan en funciones, los que se quieren independizar, los que roban monedas de las arcas, y tantos otros, frotándose las manos y pensando ‘si es que no tenemos que hacer nada para que no se nos eche cuenta. Ya lo hacen otros por nosotros’.
Como bien dijo mi amigo Adrián Yánez (((sí, tengo de amigo-ex-catequista a un TweetStar, qué pasa))), House of Cards no es tan serie de ficción como nos creemos.
¡Buen Saturday night-life a todos, y dejad de confabular, mamones!
*Ferro = «Hierro» en italiano. Da juego con Ferraz. JODER QUÉ MAGO DE LA PALABRA ESTOY HECHO.