Martes 3 de mayo.
Llueve en la Gran Manzana. Su puta madre.
Hoy que es el primer día completo en la ciudad toca ubicarnos un poco, y lo primero es lo primero: dónde se desayuna aquí.
Antes de venir había oído muchos mitos de EEUU y concretamente de Nueva York: que si es muy caro, que si se come mucho y sobre todo en los desayunos, que si las tazas de café las rellenan hasta que empiezas a convulsionar y echar espuma por la poca al ritmo de hard-techno…pues bien, todo era cierto. Nos recomienda la de la recepción que vayamos a un breakfast-lunch-dinner (osea, un todo en uno de tó la vida) que hay al lado, y allí que nos plantamos. Pedimos como si fuera nuestro último desayuno antes de la silla eléctrica, y que yo sepa:
a) nadie ha matado a nadie (de momento), y
b) en este Estado no está instaurada la pena de muerte.
Pero nosotros somos así, gente cosmopolita y que se adapta. Como somos muchos y no hay mesas grandes, a mi señora madre y a mí nos toca sentarnos en la barra. Pero mejor, así cumplo uno de mis sueños de la infancia, sólo superado por ser Indiana Jones y tener el poder de la Fuerza: comer sentado en la barra de un bar, que el camarero me rellene el café y dejarle propina debajo de la taza al irme (sí, porque no soy un tieso como el Señor Rosa de Reservoir Dogs).
Aquí llega otro de los tópicos de este país que parece que se va confirmando: aquí lo de las propinas es obligatorio, o cuasi-obligatorio. Y vaya abuso de propinas. Mínimo del 10% de la cuenta, y había sitios donde superaba el 20%. Nota mental: hacerme camarero en NY, dedicarme a ser el maldito tío más encantador de la faz de la Tierra y ganar pasta gansa mientras monto cadenas de comida con gente simpática que me hacen ganar más pasta gansa y (((SANTI NO CUENTES tu plan definitivo de hacerte rico))).
Al salir de la cafetería toca elegir medio de transporte para ir al MET, primer sitio que vamos a gastar de la CityPass porque llueve. Explicaré un poco qué es la CityPass, para que aquel intrépido viajero que esté pensándose ir a Nueva York, entre en mi blog y al ver tan tremebúndica cantidad de información lo recomiende y se cree tal cadena de visitantes que me hagan ganar mucho dinero y yo pueda seguir viajando y poniendo viajes y ganando seguidores y más y más dinero y (((BUF WAIT SANTI, no cuentes tu segundo plan definitivo para hacerte rico)))…bueno, lo dicho, que la CityPass es un pack de 6 visitas, algunas a elegir entre 2:
- Empire State
- Museo de Historia Natural
- MET
- Top of the Rock / Museo Guggenheim (sí, se llevaron por aire el de Bilbao)
- Estatua de la Libertad y Ellis Island / Cruceros Circle Line
- Memorial y Museo del 11S / Museo del Aire, Mar y del Espacio
- Asistencia en directo a una ejecución en silla eléctrica / Coche gratis a la Colina del Amor con Corie la animadora la noche del baile de fin de curso
Obviamente yo elegí la silla, que a Corie la consigo con mi espectacular físic…bueno, bromas aparte, los primeros 6 puntos son los válidos por 116 dólares y se puede comprar por Internet. Eso sí, una vez allí tendrás 9 días para gastarlo desde el primer pase que uses y lo de ahorrarte colas olvídate, las harás igualmente como un cabrito. Pero está bien porque ahorras dinero: esta ciudad es un monopolio de la cultura, turismo y el arte privado, y cada uno de los pases por separado cuesta unos 25$ o más.
Volviendo al Tour, como llueve aparte de museo nos ha dado por gastarnos todo el presupuesto del viaje en el primer día, porque cogemos 2 taxis como señores. Sí, de esos amarillos míticos. Pero para mítico lo que veo al llegar al museo: AUTOBUSES AMARILLOS. SÍ, DE ESOS LLEVAR LOS NIÑOS A LA ESCUELA DONDE SE MONTA EL PEQUEÑO TIMMY. Y muchos, porque allí no fomentarán la cultura entre los adultos y te hacen dejarte todos los dólares, pero a los chavales los llevan en manada a todos los museos.
Para quien aún no lo supiera, el MET es el Museo Metropolitano de Arte, o METropolitan Museum of Arte para los que habláis inglés tan fluidamente como I same. La desgracia es que venía a este viaje creyéndome el rey del mambo y pensando que iba a ser el traductor oficial del grupo…y una leche: todo el mundo habla español en esta jodida ciudad. Por resumir el museo, tarea ardua complicada, intentaré ser breve: NY hizo un expolio a todo lo que pillaba (países, culturas, ruinas, arte, y juraría que vi hasta personas vivas en urnas) y lo trasladó allí. Así, unilateralmente.
Al salir parece que ha parado de llover pero toca decidir cómo ir a la Gran Central Station. Se ve que los jubiletas están mu locos todos, porque se atreven a coger un autobús a pesar de que nos puede dejar en la calle más inhóspita de la ciudad. Pero claro, ellos forman parte de una gama diferente de la sociedad, y ya puestos no pueden coger el bus de cualquier manera. Y aquí toca presentaros a otra personaja del viaje.
Manoli Toro, alias la emisora de teorías. De ella fue la idea de hablar ayer en clave diciendo «5 lobitos» delante de un tío que muy probablemente hablaba español para discutir sobre la propina que darle. Pues es sólo un ejemplo. El caso es que esta mujer, ni corta ni perezosa, habiendo leído en una guía que cierta línea de bus dejaba al lado de la Estación, no se le ocurre otra que ver de lejos el autobús y salir corriendo detrás. Y sola, porque nadie le sigue. Qué triste. Aunque lo triste hubiera sido si a esta pobre mujer, de verla correr detrás de un autobús gritando en una lengua extranjera (((porque para qué iba a gritar please stop stop, pá qué))), la hubieran confundido con un terrorista internacional y ea, una menos. Lo peor no es eso. Lo peor es que el resto vamos confiados detrás sin correr pensando «bah, lo pierde seguro»…y no. La bicha no sólo lo para: se pone a hablar con el conductor en un idioma llamémosle «X», mezcla de español-inglés-lenguadesignos-esperanto, Y LE CONVENCE NO SÉ CÓMO DE QUE NOS DEJE PASAR SIN PAGAR. SIN PAGAR REPITO, BY THE FUCKING FACE. No sabremos nunca si era una trampa o complot para multarnos aposta, pero nunca pasó.
Ya fuera del autobús, vemos el edificio Chrysler y la Grand Central Station. Como no vemos ningún tiroteo entre policías y mafiosos a lo Eliot Ness, nos aburrimos y nos salimos a comer. Me tomo al lado de la estación mi primera hamburguesa al estilo americano. Y sería la escena americana completamente si las camareras fueran en patines y estuvieran echando un partido de béisbol. Pero no, ellas andan normal y el partido que echan es el Bayern – Atleti. Sin comentarios.
Lo siguiente que vemos es la Biblioteca Nacional y Bryant Park, un parque situado detrás que me dicen suele haber mucha gente de negocios que hace el descanso tomándose algo al sol. PERO COMO HACE UN TIEMPO DE MIERDA EN ESTA CIUDAD, pues nada. Cero peña. Por cierto, y ahora que sale en la foto. Teníamos muy abandonada a mi madre, pero sigue dando de qué hablar. Por seguir poniéndoos en antecedentes, mi madre ha sido maestra de niños de primera toda su vida. Es decir, CIERTOS conocimientos básicos y elementales debe de tener la mujer. Pues bien. Yendo por no sé qué altura de la Sexta camino de la tienda de Lego, la mujer ve el cartel de un Banco que me pide que le traduzca:
– Mamá, significa «abierto 7 días de la semana».
Pensativa unos segundos y asintiendo (((tuvo ahí ahí el haber dicho algo lógico))), suelta:
– Osea, que si abren 7 días de la semana, quiere decir que sólo cierran los domingos.
Yo he de decir que me planteo pedir un taxi al aeropuerto ipso-facto que me lleve rollo vuelo chárter directamente a la Moncloa para exigir, POR FAVOR, que se incrementen los maestros en las escuelas. Pero como uno de mis mayores pasatiempos es vacilar con estas cosas a mi señora madre, pues claro, tengo que ponerme serio y decirle:
– Efectivamente mamá, porque como la semana tiene 8 días de toda la vida del Señor, éste descansó al octavo día y dijo «ea, el octavo el domingo y a rascarse».
PERO NI CORTA NI PEREZOSA, ella sigue insistiendo:
– A ver…lunes (((levanta un dedo))), martes (((levanta otro)))…- y el resto de la cuenta intuyendo que se avecina una catástrofe sigue haciéndola mentalmente y al final reconoce -ah pues es verdad que está abierto todos los días.
Ex-alumnos de mi madre, no preocuparse. Todavía tenéis futuro por delante…
El resto del día: vemos la Catedral de San Patricio por dentro; la Torre Trump rodeada de periodistas porque coincide que es el día que se queda él sólo de candidato republicano e iba a dar un mítin allí; y tras descubrir que la de la recepción es italiana (((joder al final voy a hablar español, italiano y nada de inglés))), me la camelo y nos cambian a mis padres y a mí a una habitación mucho mejor sin cobrarnos de más. Aunque hay que decir que en 24 horas que llevamos en el hotel le hemos dado más el coñazo las 7 personas que estamos que los miles de huéspedes que habrán pasado por el hotel en todos sus años: que si la habitación es muy chica; que si hacen falta más toallas porque necesitamos una de manos, otra de cuerpo y otra de cara; que si hay mucho ruido en la habitación; que si la ventana no cierra bien y hace mucho frío; que si mire a ver usted dónde carajo puede calentarse mi madre una taza de agua porque necesita hacerse la infusión que mire que si no nos arma un pifostio aquí que no se lo imagina…
En fin. Mañana más.
como te gusta reirte de tu madre,ya seras padre.Me ha encantado,
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Como siempre, madre utiliza mi nombre para hacer comentarios, como este último. A pesar de las reiteradas explicaciones, le cuesta trabajo entender esto de los blogs
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Sigo riéndome un rato. No tardes tanto en escribir el próximo, Santi, escribe más y sal menos, que no paras.
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