Asociación Apoyemos a un Químico para que Llegue a la Presidencia (AAQLP).
El lunes a las 7 como un campeón me levanto con ganas de ir a la Universidad (casi). Lo que sí es cierto es que el cambio de hora hace que no me levante 3 horas antes por la maldita luz que entra en mi cuarto. Mientras desayuno pongo la tele y me invade la emoción: están echando «Marco: de los Apeninos a los Andes». Qué mítico. Cuando suena la cancioncilla me doy cuenta de que tenemos mucho en común: «En un puebloooo, italianoooo, al pie de las montañasss, vive nuestro amigo Santiii, en una humilde moradaaaa». Y además, en vez demono tengo una coneja, que total, lo mismo son. La clase de las 8 se me hace más o menos amena, aunque me empiezo a dar cuenta deque tengo un problema: el profesor habla con 600 palabras por minuto e igual no pillo todo lo que dice, y teniendo en cuenta que me ha dicho que asistiendo a clase me preguntará sobre cosas que haya dicho en ellas, pues vamos habiaos…Después de lo que me parecen siglos sin ir, porque con tanto recorrido en medio el tiempo es bastante relativo, voy a la biblioteca en las dos horas libres que tengo. Inspiro hondo dentro de ella y pienso con orgullo «joder, qué responsable soy. Y Javi y Patri de viaje por Praga, qué poco sentido común…». Antes decomer tengo otra clase con mi amiga italiana del grupo Erasmus, que por cierto me dice que la profesora es la fundadora del mismo aquí en Siena. NOTA MENTAL: IR A HABLAR CON LA PROFESORA SÍ O SÍ. Yo no sé qué tiene esta clase pero es la segunda vez que voy y sigo quedándome dormido. NOTA MENTAL: ANULAR LO DE IR A HABLAR CON LA PROFESORA. Ya en la mensa me siento con la chica esta y sus amigos. La que está sentada a mi lado me dice que hizo su Erasmus en Vigo. Le pregunto si había alguna ciudad más fea en España para elegir, y me corrobora que no, pero que igualmente se lo pasó muy bien. Casualmente ahora su trabajo de fin de carrera es la traducción de una guía sobre el Camino de Santiago. Le digo que cuando quiera le concedo una entrevista en exclusiva (juas juas juas qué bueno soy haciendo chistes). Por la tarde me paso de camino de casa por una Iglesia que nunca había entrado, concretamente por la Basílica de San Clemente in Santa Maria dei Servi. Sé que he puesto primero Iglesia y luego Basílica, pero no conozco todavía la diferencia. También sé que todo esto os importa más bien poco, pero es para que luego algunos digan que no hago más que beber y no estudiar. PUES TOMA, en un mismo día estudio, no bebo y además tengo tiempo para visitas culturales. En casa hecho un chinchón con Víctor e Isa. Lo nuestro con las cartas es puro vicio, y yo como entro nuevo les fulmino de mala manera. También leo un correo de mi amigo Manaute, de Erasmus en París, que CASUALMENTE viene a Italia el 7 de abril, cuando vienen también a verme 4 amigos desde Alemania. Pues nada, mis amistades se dedican a comprarse vuelos para cuando yo no estoy y a unirse a visitas ya programadas. Punto medio no hay desde luego. Por la noche veo Piratas del Caribe 3 medio adormilado y con la coneja encima. Qué historia de amor más bonita.
El martes por la mañana Luis Palencia y yo vamos a hablar con el profesor de la asignatura que tenemos en común, denominada académicamente como Finanza Aziendale pero en lenguaje más estudiantil «esa asignatura que pa qué carajo te las pillao en el Erasmus porque la van a aprobar dos personas: tú y tu p*ta madre». Bien, después de haber estado esperando lo que a mi me parecen 24.000 millones de minutos fuera del despacho del profesor porque está reunido con no sé quien en los que nos da tiempo a arrancar las solucionesde la prueba esa famosa, que no hicimos, de la puerta, entramos. La primera impresión es cojonuda: el tío está fumándose un puro y encima comparte el despacho con otra profesora. Si a Sabina le van a caer unos miles de euros a este señor otros pocos podrían caerle y no me importaría en absoluto. Nos presentamos, somos Erasmus, pim pam. Lo que no nos esperábamos es el recital que nos iba a dar a continuación. Resulta que es una asignatura que tiene dos modalidades de evaluación, y ni Luis ni yo nos hemos enterado bien de en qué consisten los trabajos de una de las modalidades, entre otras cosas porque doctores en italiano no somos y el colega entre el tocho de bigote que tiene y que habla un poco bajo y raro pues chungo. Así que le preguntamos. La reacción es fulminante: «¡pero como que os tengo que repetir lo que ya he dicho en clase, no tengo por qué hacerlo, id a preguntarle a vuestros compañeros de clase o haber venido en su momento!» Aunque la respuesta más justa hubiera sido que sí que habíamos ido pero que con su increíble acento no nos enteramos, en una situación así los más de 10 años como alumno me han enseñado que los profesores «siempre» tienen la razón, y aunque no la tengan, te pueden suspender, así que mejor cállate. Le preguntamos también por las diapositivas que expone y si las cuelga en Internet, a lo que obviamente la respuesta es que no, y que «un alumno inteligente podría perfectamente ir siguiendo las diapositivas y el libro al mismo tiempo en clase, pero claro, entiendo que los alumnos más lentos no puedan (a lo que nos mira detenidamente a los dos, jummm, a quién se querrá estar refiriendo…) pero ése no es mi problema». Destrozados totalmente nuestros argumentos, creo que teníamos que hacerle un par depreguntas más pero ni a Luis ni a mí nos salen las palabras, será porque somos lentos. Nos despedimos y ya como broche final dice «gracias por haberme hecho perder 5 minutos de mi tiempo, menos mal que sólo han sido 5″.
Al salir del despacho, hundidos en la miseria, nos miramos Luis y yo y hablamos de volvernos a España, de rehacer nuestras vidas, de comenzar de nuevo, de superar las barreras que nos pone la vida por ser lentos y no saber perfectamente italiano. El horizonte que se abre ante nosotros parece esperanzador, pero cuando llegamos a la biblioteca y las niñas españolas que están allí estudiando me dicen que me queda genial el pelo corto y que he hecho bien pelándome, que estoy guapísimo, pues mando a tomar por culo el horizonte y el futuro y todoy prefiero quedarme aquí suspendiendo asignaturas no aptas para lentos hasta reventar mientras me sigan diciendo cosas bonitas. Después de comer en la mensa con Kike y Cris, voy a casa de los de Palencia a probar el arroz con leche que han hecho. Joder, qué bueno. Con el estómago lleno pasamos un rato en casa de Kike jugando a la brisca y al chinchón. Por la noche repetimos en la mensa y en casa de los de Palencia nos tomamos unas birras mientras vemos a España jugar en el estadio del Cerro del Águila y ganar. Joe y yo nos tomamos unos cubatazos de ron, de sibaritas, en copón de cristal, con hielo y lo que es mejor, con limón en rodajas. Nadie puede con nosotros. Pasamos la noche planeando un viaje a Cerdeña, o en su defecto a las islas griegas o Croacia. A mí me ponen por delante el Counter Strike y me paso una hora jugando y recordando con nostalgia mis horas y horas invertidas (sí, invertidas, no perdidas) en el Ciber. Al final, obviamente, acabamos en Al Cambio uniéndonos al resto.
El miércoles llegan Alessio y Lena de vuelta de su estancia en el sur de Italia con los padres de él (no es el nombre de una película, es que es verdad) y el amigo gordo de mi compañero italiano tarda pocos minutos en aparecer por casa. La tarde es poco productiva, pero algo hago con el manual de mi querida asignatura de Finanza Aziendale, y no es quemarlo, no os penséis mal. Por la noche veo «Un ciudadano ejemplar». NOTA MENTAL: cebarme con mi profesor de Finanza como lo hace el colega con todo el mundo.
El jueves soy un afortunado que no tiene que levantarse temprano porque el profesor de las 8 no podía dar hoy la clase, así que tranquilamente como en la mensa con esta gente y me tomo un café triple conociendo el percal de la clase de la otra vez. Por fortuna esta vez mis apuntes no se cargan de rayones, líneas ininteligibles y mensajes al estar más despierto. Se agradece bastante que de 3 horas declase la señora sólo se quede hora y media. Echamos un rato en la plaza y planeamos qué hacer esa noche. Mi poder de convicción hace que todos se animen a ir, por fin en mi caso porque en todo mi Erasmus no había ido a ninguno y me mataría si no lo hiciese, a un aperitivo en el Fonte Gaia, un bar/pub de la Piazza del Campo. Os explico en qué consiste un aperitivo, que aquí en Italia son muy comunes: tú llegas, te pides una bebida en el lugar en cuestión, a elección, cerveza, vino, chupitos o los más atrevidos, cubatas. Pagando la bebida tienes derecho a coger toda la comida que quieras, y según qué sitio ponen más o menos. En el caso de ser españoles os podéis imaginar, nuestros platos rebosaban, y de ser español del norte y un poco pícaras por no decir ratas como dos de mis amigas, ni te pides bebida y comes de gratis al sentarte con nosotros. La elección del aperitivo gusta a todos y me siento feliz.
Cerveza Heineken: 3,5 €
Comida: gratis.
Vista de la Piazza al estar sentados fuera: inigualable.
Echar unas risas con tus amigos al bromear porque ha llegado una carta de Hertz y les mentimos diciendo que es una multa de velocidad de 200 €: no tiene precio.
Para todo lo demás: Erasmus Siena.
La siguiente parte de la noche la pasamos el grupo masculino en el il Contro jugando a las cartas, Víctor y yo yendo luego a casa de los de Palencia a comprobar que están como una cuba porque están echando el típico juego de cartas de beber Limoncello y la excusa es que una de las niñas tiene visita de 4 tetas y sus correspondientes propietarias. Víctor y yo les acompañamos unos minutos en Al Cambio y luego vamos temprano a casa que yo mañana madrugo un poco.
Después de la clase del viernes por la mañana en la facultad de Derecho, llamada «Tutela internazionale dei diritti umani», como en la mensa con mi amiga italiana y luego la invito a un café al sol porque además tiene la excusa de celebrar que la trasladan de la residencia que está donde el viento da la vuelta a una al lado de la facultad. Cuando se va a gestionar la mudanza el día es tan caluroso y tan soleado y tan viernes que me digo «qué mejor que ponerme a estudiar encerrado en la biblioteca». Síiiiii, enseguida. Cogemos un tono curioso debronceado en la Piazza aunque llega un momento en que pasamos tanto calor que nos vamos al Porrione a refrescarnos, jugar a las cartas y echar una apuesta, que después de la experiencia pasada en vez de 2 somos 8 los que ponemos un euro. Resultado: si acertamos todoganamos 2000 euritos a repartir entre 8. NOTA MENTAL: LLAMAR A LA MALDITA FIFA Y COMPRAR LOS PARTIDOS. Esa noche el tiempo acompaña a volver a algo que no hacíamos desde el principio del Erasmus: beber en la Piazza. La nostalgia nos invade y terminamos hablando de qué haremos cuando se termine esta aventura. No lloramos de milagro porque el futuro es bastante incierto, sobre todo ahora que no tendremos a nuestro líder espiritual ZP. Hoy toca ir a Vanilla todos juntos porque es el último día que abre de la temporada, qué putada. Yo no sé cómo lo hago pero me monto en el bus pensando que están mis amigos y resulta que me he montado solo con un montónde italianos. Mis amigos me llaman diciendo que estoy acarajotao. Menos mal que al llegar allí me encuentro con un grupo de españoles conocido con el que me echo unas risas. Una de las chicas que me han dicho que no es guapa dice que le han dado la Séneca a Sevilla y que no sabe qué hacer. Mi discurso es majestuoso, esa tía tiene como sea que vivir el año que viene en mi ciudad. La noche en la discoteca es lo que viene siendo una noche en una discoteca: bailes, cantes, robos de cojines por parte de Javi, intento de robo de botella por parte de Javi, expulsión de la discoteca por parte de un portero a Javi, reentrada de Javi por otra puerta en un despiste del portero al estar pendiente de la típica pelea fuera, etc etc. Murciano y yo nos vamos en el primer autobús de vuelta porque estamos un poco cansados y ya en Sienanos quedamos una hora hablando en la Plaza con un chaval español que es clavao al torero este, Cayetano Rivera (sí, ya sé que ahora mismo todas mis amigas están buscando vuelos para venir a verme a Siena…ahora sí, ¿no cabronas?), aunque lo mejor es la despedida triunfal de Luis que dice que se tiene que ir a casa porque sus intestinos no le aguantan más.
El sábado doy gracias a la novia de Víctor mil veces por habernos dejado hecha una sopa muy buena y croquetas. Madre mía que bueno está todo y qué echaba de menos estas cosas. Por la tarde me quedo en casa haciendo un pequeño intento de aprovechar estudiantilmente el día, y aunque no es extraordinariamente fructífero, sí que al menos sirve para que mi conciencia quede tranquila, sobre todo cuando el día que hace es espectacular y todos mis amigos están en la Piazza. Antes de ponerme a vestirme y arreglarme me da por meterme en un diario cualquiera de Internet y veo que el Madrid va perdiendo contra el Sporting a falta de 10 minutos. Automáticamente me meto en una página para verlo. El Sporting gana. El Madrid pierde. Mourinho tenía un récord de 9 malditos años sin perder en casa. Pero va un tal Santiago Castro y hace una apuesta con sus amigos de 2000 euros en las que se incluía que ganaba el Madrid Y VA Y PIERDE. PIERDE. REPITO, PIERDE. NOTA MENTAL: QUEMAR AL MALDITO REAL MADRID QUE PARA UNA VEZ QUE TIENE QUE GANAR VA Y PIERDE. REPITO, PIERDE. ¿ES QUE ESE EQUIPO DE «M» NO SIRVE PARA NADA? ¿NI PARA GANAR TÍTULOS NI PARA HACER QUE OTROS GANEN DINERO A SU COSTA? CAGO EN LA…
En fin, a lo que vamos. Voy a casa de los de Palencia, todos madridistas, donde también está Víctor, también madridista, y como no tienen nada que celebrar pues están bebiendo cerveza, claro (todos sabemos que igualmente ganando beberían como excusa de que hay algo que celebrar). Antes de que empiece el Barcelona vamos a un turco a pedirnos un kebab que está que se sale y volvemos a casa justo a tiempo para ver al Barça ganar (REPITO, GANAR, COMO TIENEN QUE HACER LOS EQUIPOS GRANDES…). Terminadas las cervezas, Luis Palencia me amenaza con el Limoncello pero sé esquivar el reto y decidimos ir a la Plaza que está llenísima de gente. Nos encontramos con nuestros amigos, estamos un rato en el Fonte Gaia bailando, luego nos tiramos en la Piazza y entre risas (ya que no estoy en el gimnasio estos días pues así al menos trabajo abdominales un poco) nos vamos a casa del sector Palencia a ver «Resacón en las Vegas» mientras nos jartamos de comer un arroz que está que se sale. Víctor y yo terminamos quedándonos a dormir, él en la cama de Alberto que está en Pisa acompañando a su hermano, y yo en la cama improvisada en el suelo que hemos hecho con los cojines del sofá. NOTA MENTAL: MALDITO VÍCTOR.
A la mañana siguiente me despierto cuando llega Alberto de Pisa que se queda impresionado cuando ve a dos tiarrones durmiendo en su cuarto y los restos por la casa de la fiesta de anoche. De todas formas sigo en la «cama» y cuando me vuelvo a despertar, Alberto me tiene puesta la cámara de su portátil para que me despierte la novia por Skype. Como otra vez allí mientras veo cómo gana Lorenzo. La hora de la siesta la pasamos tirados en la Piazza (empezamos a ser un poco repetitivos, ¿no?) y pidiendo por favor a las 2198510326519 millones de personas que hay allí que nos dejen espacio. Tomado un café y comprada una cerveza, vamos al «Hostal Palencia» a ver el partido de Nadal. Mientras está la cosa interesantísima, Luis prepara una sopa de ajo que está que se sale y por un momento me olvido del partido. Nadal pierde. PIERDE. Claro, como es madridista…
Este jueves llega mi primera visita oficial a Siena (si Gadafi lo permite) constituida por una tropa de 4 personas que aún no saben que van a dormir hacinados en mi cuarto, y se quedarán hasta el martes de la semana que viene, así que no contéis con mis adorables correos hasta dentro de un tiempo.