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Querido Baltasar del 2024

Querido Baltasar,

Como viene siendo tradición, acudo un año más a mi cita con mi carta a ti y a tus 2 amigos. Hace no demasiados días estaba yo pensando que ya era el momento, que las rebajas del Black Friday ya están a la vuelta de la esquina e igual alguien se quiere aprovechar (que por cierto Baltasar, no te tomes a mal lo de que se le llame «viernes negro», que no va por ti, de verdad). No me puse a escribir esto entonces porque me sabía mal dejarlo hecho con casi 30 grados en Madrid, que ya os vale con lo del cambio climático. Ni ropa de entretiempo ni leches, he pasado de dormir con el aire puesto a la manta y nórdico de un día para otro, os parecerá bonito.

Sabéis que nunca he sido de ir directamente a daros «sugerencias» de qué me podéis traer el día 6 de enero por la mañana, y además de quejarme del tiempo extremo, agarraos, porque este 2023 os habéis lucido otra vez tú y tus amigos. Por si la guerra en Ucrania el año pasado no os fuera suficiente, ahora tenemos la de Gaza. Que me parece fatal que Hamás haya matado y secuestrado a más de 200 personas…pero coño, que Israel se haya puesto a matar indiscriminadamente a miles y miles de personas pues hombre…yo que sé. Y más siendo de la tierra de la que supuestamente venís, que ya os podríais apiadar un poco de vuestros compadres y obrar algún milagro de los que domináis.

Con mi país tampoco tengo ni por dónde empezar. Me tenéis en una montaña rusa emocional que vaya tela…aparte de hasta los mismísimos, claro. En las elecciones municipales y autonómicas de mayo teñisteis de azul el país y a mí me dio un síncope. Aunque para síncope el que le dio el día siguiente a Angels Barceló en directo cuando oyó a Pedro Sánchez convocar elecciones anticipadas en julio. Con 2 cojones. Me obligasteis a pedir el voto por correo por primera vez, a mí y a casi la mitad de España, y no sé si por la resaca de una boda que tuve el día anterior en Coruña, pero yo llegué a ese domingo 23 de julio bastante desanimado. Las encuestas daban un Vicepresidente de VOX y, a ver, que puede parecer prejuicioso, pero…vamos, que a estas alturas ya me conocéis y tampoco tiene sentido esconderme: que no, que me temblaba todo, vaya. Sin embargo, me fui a dormir con una sonrisa de oreja a oreja. No porque fuera exactamente el resultado que yo hubiera querido, pero hombre…tampoco el que otros se esperaban, y sé que está feo ser anti-cosas, pero es que BUAF, ni el final de Perdidos esa noche electoral.

Pero claro, desde el día siguiente todos empezamos a preguntarnos «y ahora, ¿qué?». Y vaya columpiazo, porque el que seguro que se fue a dormir ese domingo con una sonrisa de oreja a oreja más grande que la mía fue un señor que lleva varios añitos viviendo en Bruselas. Y con el paso de los días y las semanas me fuisteis cabreando cada vez más, porque lo que estaba viendo que se venía es algo con lo que, lo siento, no estoy de acuerdo. Ya no sólo por el hecho en sí de una amnistía by the face, sino porque carajo, ¿de verdad cuesta tanto ser político y ser coherente? Qué pasa, ¿que son palabras antónimas? ¿Hacía falta que toda la cúpula de un partido saliera a decir explícitamente que no iban a hacer algo que luego han hecho, con lo fácil que habría sido envainársela desde un primer momento y desviar para otro lado la conversación como suelen hacer? Total, que en esta montaña rusa emocional, ya de últimas, habéis conseguido que casi CASI me posicione a favor total de la amnistía y me vuelva independentista con los vídeos tan lamentables de las manifestaciones y consignas de la (lo siento, pero es que es muy gracioso el término) Caye borroka. Se nos está quedando un país para que Santiago Segura haga 10 películas más de Torrente, que está tardando. Así que no sé qué tenéis pensado a continuación en estos virajes continuos de mis sentimientos encontrados en política española, pero estarse ya tranquilitos un ratito, anda.

Ah bueno, que con este calentón (y enfado también) casi se me olvida. Que en el extranjero mal, en España fatal, pero de lo mío, ¿qué? ¿De verdad hacía falta hacerme vivir por 4 casas diferentes en Madrid desde que os escribiera la última carta el año pasado? Menos mal que habéis sido algo piadosos brindándome un «verano del desamor» en mi círculo de amigos, que sé que igual a alguno de ellos le jode, pero claro a mí mejor no me puede venir ahora mismo. Nuestro hígado y en general nuestra salud no están tan de acuerdo y van a pedir la hora en breve, pero oye, que nos quiten lo bailao.

Y podría seguir quejándome, pero venga, vamos a lo importante. TRAEDME COSAS para compensar todo lo anterior. Os dejo algunas ideas:

  • Como sabréis, tengo un piso precioso al que me he movido hace poco, y como también sabréis, soy un desastre decorando. Sería demasiado pediros un sofá nuevo más grande o una tele nueva de 187 pulgadas (ya sabéis, el complejo del tamaño de los mashotes y la regla de 3 invertid…digo directamente proporcional). Por ello, me podría conformar con cositas de decoración. Cuadros, dibujos, fotos, vinilos, plantas, objetos rándom que nadie entiende pero puedan quedar bien encima de cosas…yo que sé, con lo poco que tengo, cualquier cosa encaja seguro. Podéis preguntarme si tenéis dudas, que en el fondo alguna idea tengo aunque no lo parezca…
  • Me he apuntado a un gimnasio muy pijo y me miran mal cuando aparezco con la camiseta de publicidad de Royal Canin. También cuando me pongo a nadar en la piscina olímpica con bermudas de flores, pero paso de ir con un turbo-packet de esos (ver punto anterior respecto al complejo del tamaño). Pero lo de las camisetas de deporte se puede arreglar, sobre todo si son de polyester, que como sean de algodón u otro material que haya que planchar ya os digo que os las tiro a la cara. Algún pantalón de deporte corto y/o largo de la talla 42 también puede venirme bien (y carsao, y para dudas de qué significa carsao, consultadme y seréis abofeteados).
  • Hace poco me di cuenta de que el típico cinturón de vestir reversible negro/marrón, que sólo uso en bodas y la Feria cuando no me pongo tirantes, lo tengo una mijita roto. Y tá feo ponerse algo así cuando uno se viste de señor BIEN. Pero claro, tanto quitármelo y azotar el suelo con él en mis striptease es lo que tiene.
  • Alguna camiseta blanca básica nunca viene mal, que mi sudor radioactivo calcina automáticamente las que ya tengo. La otra opción es que me quitéis la hipersudoración de una vez, pero eso viene de serie con la mierda de genética que me otorgasteis y lo doy por perdido. Talla M, pog favog.
  • Yo no sé si en esta época del año siguen vendiendo «pikis» con este frío, pero si hubiera, algunos de la talla 42 (oscuros a poder ser) me pueden venir de perlas, que no veas como tienen los ratones los que tengo en casa. Digo ratones porque en mi casa no hay polillas, REPITO, NO HAY POLILLAS NI LAS HABRÁ NUNCA.

Y yo creo que ya estaría. Si os acordáis de conservarme la salud, las amistades, y la familia, os ganáis mi más eterno agradecimiento.

Os quiere, aunque os critique un poquito siempre,

Santi.

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