Otros

Querido Santi de hace un año

Querido Santi,

Te escribo esto el 31 de mayo de 2024, aunque me gustaría que la leyese el Santi del 31 de mayo de 2023.

Estás a punto de firmar el alquiler de un piso nuevo. El sexto en Madrid en 7 años y poco. El cuarto que habitarás en apenas 1 año.

Los muebles que tienes, tu ropa y gran parte de tus pertenencias materiales están en un trastero de Bluespace a las afueras de Madrid. El resto, contigo en el piso de tu amigo Pedro, el que va a ser tu vecino hasta vete tú a saber cuándo. Llevas 2 semanas de okupa en su casa, y perfectamente podríais haber grabado juntos una mini-serie tragicómica.

Aunque él es el que más te está aguantando, no es el único: llevas 2 semanas contándole a tus amigos y tu familia la decisión que has tomado. La misma retahíla casi siempre por tu parte, a veces quizá un poco repetitivo. Pero lo bueno es que recibes palabras de apoyo y de cariño, siempre, y que no hay ninguna que no te cure un poquito. Hablar con ellos te sirve para desahogarte, eso que quizá no estabas haciendo mucho últimamente. Aún así, nada está impidiendo que lleves 2 semanas durmiendo mal, trabajando desconcentrado, olvidándote casi todos los días de fichar, con mil cosas que hacer y con un estrés que estás gestionando lo mejor que sabes hacer. Aunque no estás arrepentido y consideras que eres firme en tu decisión, tu cabeza va a mil, cuestionándote todo a todas horas. Eres una montaña rusa emocional. Pasas de la euforia a la frustración en horas, del odio a la compasión en minutos, y de la paz mental a la rabia contigo mismo en segundos. A veces crees que te precipitaste, otras que tardaste demasiado. Las sesiones con la psicóloga, piensas, se van a alargar más de lo que creías.

Soy tu yo de un año después, y tengo el privilegio de decirte lo siguiente.

Tranquilo.

Vas a estar bien. Qué cojones, vas a estar de puta madre. Esa terapia que te ha ayudado tanto seguirás teniéndola, pero sólo hasta verano. Luego ya no te hará falta, al menos por el momento.

El barrio te va a encantar. Los muebles que has dejado atrás los cambiarás por otros mejores, y el piso que estás a punto de firmar mañana, ya sí por fin, lo pondrás a tu gusto.

Volverás a concentrarte en el trabajo, y cada vez te irá mejor. Eso sí, justo tu jefa te acaba de decir que se va: «vaya, otro cambio tan fulminante en este nuevo periodo que se me viene», es lo que piensas. Y tienes miedo por ello, por no saber si ese cambio también te afectará en tu día a día.

Tranquilo, Santi.

Tu nueva jefa, a la que ya conoces, va a estar encantada contigo, y te va a valorar y hacer crecer cada vez más. Te va a meter en un montón de países y proyectos nuevos y vas a viajar incluso más que antes, como a ti te gusta. Como eres muy exigente, pensarás muchas veces que no estás haciendo las cosas bien. En un año, me cuentas.

Vas a dormir como un lirón. Sí, a veces seguirás teniendo tus noches de hacerlo peor, pero recuerda que eso te pasa por tomar café después de las 5 de la tarde, hacer ejercicio intenso justo antes de cenar, o cambiar cada dos por tres de cama y ciudad en la que duermes.

Porque tu mente, Santi, ésa que ahora te hace dormir fatal, pasará a estar en paz. Cada vez estarás menos furioso, menos hastiado, menos triste. Cada vez harás más planes y conocerás a gente increíble, por si fuera poca la que ya conoces. Vas a plagar tu día a día de cosas que te llenan. Vas a leer más, escribir más, salir, viajar. Vas a apuntarte a un gimnasio que te encanta (aunque seguirás siendo una seta que no habla con nadie allí), vas a empezar a aprender a tocar la guitarra, vas a seguir con un voluntariado que te entusiasma. Más mindfulness, más rutinas con todo, más series, música, festivales y conciertos, películas, discotecas. Vas a agobiar a la gente de tu alrededor con tanto plan, con tanto fin de semana fuera, con tanta cosa que hacer. Vas a apuntarte a un bombardeo. Vas a gozarlo como hacía tiempo que no lo hacías. Vas a convertir tu vida en una oda al disfrute como nunca antes habías imaginado. Vas a ser muy feliz, en definitiva.

Y sobre todo, aunque ya lo sabías pero nunca se termina de valorar lo suficiente: vas a darte cuenta de que te rodeas de gente maravillosa que te quiere, te apoya y se preocupa por ti día tras día, y que te va a estar arropando más de lo que te puedes imaginar ahora. Y eso sí, Santi, es digno de creértelo, porque dice mucho de ti y de quién eres y has sido siempre. Aunque a veces hayas perdido esa vitalidad que te caracteriza y que llevaba tiempo en letargo, tu gente estará ahí para ayudarte a recuperarla.

Así que repito: tranquilo, respira y disfruta del camino. Que te queda un año precioso por vivir, y espero que a mí me queden otros tantos.

Te quiere,

Santi.

Deja un comentario